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Museo Casa de la Finca El Abra. Fue inaugurado el 28 de enero de 1944. El Museo preserva objetos, documentos y otras piezas testimoniales de la estancia de José Martí en Isla de Pinos.

Historia

La finca, conocida como El Abra por estar en medio de dos elevaciones de la Sierra de las Casas, fue adquirida por José María Sardá, en 1868. Las 12 caballerías de tierra poseían magníficas condiciones naturales. Proliferaron los sembardos de de maíz, algodón, algo de tabaco y café; aunque el mejor renglón lo constituían las canteras de mármol rosado. Contaba, asimismo, con un área para la producción de cal y piedras, y con una fábrica de tejas cuyos restos aún se conservan. También se levantaba un barracón para los esclavos, y un albergue de trabajadores, dotación, esta última, fundamentalmente conformada por chinos.

A este sitio llegó José Martí en octubre de 1870, tras haber padecido el presidio y los trabajos forzados en las Canteras de San Lázaro. Permaneció en El Abra alrededor de dos meses; de allí partió a La Habana, para, de inmediato, salir deportado hacia España. Durante su estancia en la Finca, el joven Martí ocuparía la primera habitación del segundo cuerpo que formaba la residencia. En este lugar recuperaría, en gran medida, su salud.

En el año 1943 llega a la Isla de Pinos el juez Waldo Medina. En una de sus visitas para conocer el territorio, encuentra El Abra parcialmente destruida y se da a la tarea de reconstruir el sitio. Así,  el 28 de enero de 1944, la habitación que ocupara José Martí en la Finca queda inaugurada como Museo Martiano.

La Casa

Es una amplia casa, de dos plantas, con pocas y pequeñas ventanas. Presenta un ala lateral, con un granero en la parte superior y, debajo, habitaciones para huéspedes, un cuarto de costuras, y un cuarto de baño.

El acueducto de la finca, que funcionaba por gravedad, hacía llegar el agua hasta la vivienda.

Las colecciones

Se expone la habitación que ocupó José Martí durante su estadía en el lugar.

En los fondos del Museo se conservan  piezas relacionadas con ese momento de la vida del patriota cubano. Algunos objetos personales, muebles y parte del ajuar doméstico que usara mientras estuvo en El Abra.

Se pueden encontrar, por ejemplo, un libro autobiografíado por Fermín Valdés Domínguez, la réplica del grillete que llevara Martí en las Canteras de San Lázaro, y el crucifijo que el joven revolucionario regalara a Trinidad Valdés.

Además, se exhiben documentos y objetos relacionados con la familia, vida y obra de José Marti, asi como con la Historia de Cuba.